Desde hace muchos siglos el día primero de Octubre Lima se viste de morado. Para quienes pasamos desapercibidos en esta gran ciudad de 8 millones de habitantes, el discurrir por las calles de morado, es una promesa que años tras años los devotos del Señor de los Milagros tienen el pensamiento puesto en la salida, las procesiones y el guardar las andas el último
día del mes.
Por siglos el pueblo de Lima visita todo el año su iglesia a la que asistió la nobleza, la curia y la mismísima Perricholi y que gracias a ella se construyó el actual templo. La salida de la imagen que la mandó copiar un devoto, es la que se pasea entre un mar humano vestido de morado por las antiguas calles de la remozada Lima. Las monjas que se visten de morado desde que Benedicto XII un 27 de Agosto de 1727 dió la órden para tan peculiar color. Pero fue una piadosa dama que al morir su esposo tomó a su cargo el fundar un monasterio.
día del mes.
Por siglos el pueblo de Lima visita todo el año su iglesia a la que asistió la nobleza, la curia y la mismísima Perricholi y que gracias a ella se construyó el actual templo. La salida de la imagen que la mandó copiar un devoto, es la que se pasea entre un mar humano vestido de morado por las antiguas calles de la remozada Lima. Las monjas que se visten de morado desde que Benedicto XII un 27 de Agosto de 1727 dió la órden para tan peculiar color. Pero fue una piadosa dama que al morir su esposo tomó a su cargo el fundar un monasterio.
El viejo BARRRIO DE PACHACAMILLA, tuvo su origen cuando los negros de Angola que vivian en los suburbios de la ciudad ocupando un espacio que habían dejado los nativos de Pachacamac que vinieron a vivir de la lejanas Ruinas de la actual Pachacamac.
Alli habían muchos negros que azuzados por el látigo de los españoles los habían recluído y esos negros se ocupaban de enterar a los de la ciudad por una suma de doblones que no era poca. Pues de alli salió un negro piadoso que se le ocurrió pintar al temple una figura que consta de Cristo crucificado, su Madre María y San Juan.
Alli habían muchos negros que azuzados por el látigo de los españoles los habían recluído y esos negros se ocupaban de enterar a los de la ciudad por una suma de doblones que no era poca. Pues de alli salió un negro piadoso que se le ocurrió pintar al temple una figura que consta de Cristo crucificado, su Madre María y San Juan.
Arriba está su Padre con el mundo en la mano. La figura indudablemente la copió de una de las tantas estampas que
traían los religiosos españoles para copiarlas en cuadros y paredes de sus conventos, al inicio de los siglos de religiosidad que atravesó Lima como capital del mas poderoso virreynato del mundo del siglo 16.
traían los religiosos españoles para copiarlas en cuadros y paredes de sus conventos, al inicio de los siglos de religiosidad que atravesó Lima como capital del mas poderoso virreynato del mundo del siglo 16.
En 1655 el 13 de noviembre a las 2 y 45 de la tarde un grandísimo terremoto asoló la pobre Lima convirtiéndola en una ciudad en ruinas. El terremoto derrumbó cuantas paredes rodeaban el suburbio de Pachacamilla, menos la pared pintada con el Cristo yacente.
Por supuesto que los únicos que se percataron de ese detalle fueron los negros, quienes ayudados por su superstición unida a la religiosidad, empezaron a venerarlo
y a juntarse los viernes de cada semana para rezarle y pedirle por sus almas pecadoras.
En 1671 encomendaron a Pedro Balcazar para que la borre, para que deshaga tremenda conmoción que los negros como cualquier comunidad no solo rezaban sino que tomaban ron
mascaban coca y al compas de tambores, vihuelas y voces se jaraneaban de lo lindo. Los envidiosos empezando por el Virrey no podian ver a nadie alegre, menos a los negros.
No la pudieron borrar y dicen que el segundo que subió en una escalera, se cayó y contó que cuando estaba por borrarla, una luz verde iridiscente lo iluminó y perdió el equilibrio. Este acontecimiento sucedió el 14 de setiembre y se fueron.
En Octubre de 1687 hubo otro terrible terremoto y la ermita que estaba contruída sufrió grandes deterioros. La pared no sufrió ningún rasguño. Estos fenómenos empezaron a cundir en la gente que escuchaba misa, y en los devotos que siempre rezaban al pié de la pared. Las monjas descalzas que se dedicaron al cuidado de la imagen y del templo pasaron por siglos muchas angustias para conseguir su reconocimiento y muchos reyes y virreyes se involucraron para que la fama del Señor de los Milagros atraviese el mundo y se conozca por todas partes.
Felipe V el 8 de Febrero de 1720 le dio licencia para que funcione el Monasterio.
Benedicto XII el 27 de Agosto de 1727 emitió una Bula para que el hábito de las Carmelitas descalzas fuera morado y que sean monjas de Clausura. Después del último terremoto, la piadosa Perricholi que acudia los Viernes al rosario viendo el desastroso templo, le dijo al oido a su Virrey amado don Manuel Amat y Juniet, que soltara los dinerillos que tenía para enviárselos al Rey para que levantara el templo. Fue el Mismo Virrey quien diseño el templo y estuvo al mando de su fabrica. Dicen los cuentos limeños que el Virrey salía de palacio y muy temprano barria el templo para demostrar su humildad.
Lima entera lo cuchicheó. Asi que gracias a la pispireta Perricholi en 1766 se terminó la edificación. Como siempre los limeños que solo ven en esta piadosa dama, sus pecadillos, se han olvidado de recordarla.
Pero felízmente el dato me cayó de perilla cuando quise hacer un escrito sobre el Señor de Pachacamilla. En 1766 tuvo 4 cuadrillas de cargadores. En plena guerra del 79, el Señor Cristo Morado no salió por cuatro años. Las zahumadoras se instituyeron oficialmente en 1962 y las "Cantoras" entre 1962 a 1967. Pero la historia felizmente las ha nombrado desde 1671. Por supuesto que siendo los dueños de ese lugar de Pachacamilla eran las negras y negros quienes iniciaron este devocionario.
Pero felízmente el dato me cayó de perilla cuando quise hacer un escrito sobre el Señor de Pachacamilla. En 1766 tuvo 4 cuadrillas de cargadores. En plena guerra del 79, el Señor Cristo Morado no salió por cuatro años. Las zahumadoras se instituyeron oficialmente en 1962 y las "Cantoras" entre 1962 a 1967. Pero la historia felizmente las ha nombrado desde 1671. Por supuesto que siendo los dueños de ese lugar de Pachacamilla eran las negras y negros quienes iniciaron este devocionario.
Por siglos las negras madres han preparado a sus negras hijas en tan ferviente homenaje y hoy vemos a las pardas y a las morenitas y sacalaguas que enmantilladas en blancos encajes algunos de antaño conducen las andas del señor. Las zahumadoras llevan en sus manos riquísimos pavoreales de filigrana de plata repletos de sahumerio y las que cantan desgarran los oidos con sus letanias en homenaje al Cristo Morado. Las mujeres no salian a la calle mas que a misa. Solo las endemoniadas limeñas que ajustadas en una saya y un manto salian a buscar marido a la Plaza Mayor, se escapaban de las leyes masculinas.
Hoy estaba curioso parado frente a la Iglesia de Santo Domingo, que su campanario fue el primer rascacielos latinoamericano, antes que inventaran en Empire State Building de New York. Eso no lo dijeron en ningún pasquín histórico. Ahora luce pintado de color terracota. Es un ícono gigante que rompe el color panza de burro del cielo encapotado en gris de Lima. Alli estaba y El anda venía de la avda. Tacna de paso a la Plaza Mayor. Desde los viejos balcones limeños de 5 siglos que aun quedan en la vieja Lima, le enviaban choros gigantes de pétalos de flores. De lejos parecian baldazos de agua por la cantidad de flores. Los mantones floreados como en los viejos tiempos adornaban la rica madera de los balcones moriscos. La Banda Republicana que acompaña con su consabida marcha dedicada y compuesta en homenaje al Señor.
Los cantos y gritos de AVANCEN...AVANCEN cordones blancos protegen a las cantantes y zahumadoras haciendo una empalizada, porque van de espaldas al camino frente al Cristo. Solo lo cargan 24 forzudos cargadores. Y solo lo cargan los de la Hermandad que es muy celosa para recibir a sus componentes. Solo camina 3 minutos y descansa uno y al son de la campana estridente que la maneja un responsable hermano, se eleva la pesada anda de plata y oro entre aplausos de la gente que sabe de la maniobra tan delicada.
Cuatro angeles de tamaño natural de plata que tienen sus luces y cada 20 metros florones morados van cambiando a su paso. La piedad de la gente no deja pasar un solo motivo: flores cánticos, homenajes en cada esquina y en cada privilegiado negocio, se para el Señor para bendecirlo. Estaba lejos casi a una cuadra, venia resplandeciente alumbrado por el sol de medio día, cuando me di cuenta estaba metido en una turba de gente. Me di un susto fenomenal, porque llegué cuando habia poca gente. Decidí salir y fue muy dificil...! permiso...!permiso...y apretujado comence a forcejear para ganar un espacio y partir la carrera a la Plaza Mayor. Que angustía que viví porque de haberme quedado alli, con los miles que venian con los cientos que estaban en mi espalda..íibamos a tener un choque frontal, del cual no creo que podría salir muy bien parado.
Fue muy grande mi emoción de ver el anda del Señor que la piedad de la gente la arrastra paso a paso por las hirvientes calles limeñas, donde miles de miles, esperan horas de horas el paso del Señor, para recibir su
bendición. Ayer como hoy la piedad es la misma. Muchos diran yo nunca fui, pero a quien le importa. Somos muchos los que por nuestra fe vemos con otros ojos al mundo el mundo
globalizado y el calentamiento universal.
bendición. Ayer como hoy la piedad es la misma. Muchos diran yo nunca fui, pero a quien le importa. Somos muchos los que por nuestra fe vemos con otros ojos al mundo el mundo
globalizado y el calentamiento universal.
En Lima Morada en el 2008
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