¿POR QUÉ NO FUE
CANONIZADA?
Sin embargo, pese al reconocimiento que tuvo en vida y la
imagen de Sierva de Dios que logró entre sus contemporáneos, cabe preguntarse
¿por qué no fue canonizada por el Vaticano?
Pues aunque parezca increíble, la canonización de Úrsula de
Jesús no se produjo por culpa de un accidente, y es que luego de que se
hicieran los trámites necesarios para su canonización y luego que se lograra de
recopilar los cientos de testimonios y testigos que daban fe de su santidad, el
galeón en donde fueron enviados tales archivos sufrió un accidente durante su
viaje a España que terminó por hundirlo en el mar perdiendo así todos esos
registros vinculados a la religiosa limeña. Y es por este sólo incidente que
Lima y Perú no pudo tener a su primera santa de raza negra y el nombre de
Úrsula de Jesús se borró para siempre del imaginario de los fieles.
Lo que dejó Úrsula de
Jesús
A todo
esto, lo que hay que destacar de la llamada “Santa Escondida” de Lima, es que
pese a no tener la fama de otros santos limeños, para los que la conocen, ella
resulta ser un símbolo máximo de que la fe trasciende las razas y las
condiciones sociales de las personas. Úrsula de Jesús fue adorada como santa en
el virreinato pese a su condición inicial de esclava, a su raza e incluso, pese
a su sexo, pues en aquella época las discriminaciones ya sea por condición
social, racial o sexual eran comunes. Así que pese a ello, Úrsula destacó y si
bien hoy no es conocida por los más de los peruanos su nombre seguramente
comenzará a llamar la atención de los creyentes limeños que ahora tienen un
ejemplo más de santidad al cual seguir.
Sus
milagros
Entre sus milagros más importantes está el haberse salvado
de un accidente que pudo acabar con su vida. Se cuenta que cuando tenía 30
años, Úrsula de Jesús se encontraba en el patio del convento intentando tender
una túnica en un palo ubicado encima de un pozo. Debido al esfuerzo, ella
tropezó y por poco cae dentro si no fuera porque pudo sujetarse del borde con
una de sus manos. En su desesperación por no caer, se dice que Úrsula cogió con
su mano libre el escapulario de la Virgen del Carmen que tenía sobre el pecho y
le pidió que la salvase. Segundos después de su súplica, se vio milagrosamente
fuera del hoyo.
Así también se cuenta que el 18 de diciembre de 1645
mientras se encontraba realizando sus labores en la cocina, se quejó con
tristeza por no poder asistir a la misa y comulgar. En ese momento el capellán
que oficiaba la ceremonia en el convento vio cómo una hostia escapaba de la
copa y prácticamente voló hacia Úrsula quien pudo participar de esta manera de
la eucaristía.
El 29 de octubre de 1645, víspera de Santa Úrsula, se
incendió la capilla del Santo Cristo, que colindaba con las celdas. "¿No
fuera mejor que yo quemara y no tus imágenes?", lloró postrada en el
suelo. Entonces, escuchó la voz del Señor que le respondió:"¿No haces por
mí una cosa y quieres quemarte?".
El 18 de diciembre de
ese año tomó los hábitos. Y sigue el relato: En otra oportunidad, impedida de
comulgar debido a sus tareas en la cocina, dijo con tristeza: "Estoy
preparando el pan para tus esposas, por eso no puedo comulgar". En ese instante,
el capellán, que oficiaba la misa, vio cómo una hostia escapaba del copón y
prácticamente "voló" hacia Úrsula, quien de esta manera participó de
la eucaristía.
A sugerencia de su
confesor, escribió el diario que hoy nos llama la atención. Éste luce dos
caligrafías, razón por la cual "es posible que ella no supiese escribir y
que lo dictase a las hermanas que se turnaban para este propósito. No lo
sabemos", opina sor María de Jesús. En este documento, Úrsula relata sus
revelaciones, especialmente de las ánimas del "Purgatorio", incluidos
miembros del clero, que se le aparecen para suplicarle que ore por ellas.
En sus últimos
momentos, se confesó con el padre Francisco Vargas Machuca, y expiró el 23 de
febrero de 1666, a los 62 años. A su entierro asistieron las autoridades
civiles y eclesiásticas de entonces, así como la población que madrugó en la
plazoleta a la espera de que se abrieran las puertas de la iglesia. Fue
enterrada en la sala de oración delante del altar de la Virgen del Carmen.
La comunidad
franciscana aguarda un último milagro: la canonización de esta morena. Pero no
es el único caso de santidad entre la población morena del virreinato. Rafael
Sánchez-Concha menciona en el mismo libro, Santos y santidad..., a la mulata
Estefanía de San José, nacida en el Cusco en 1501, pero esa es otra historia.
(Información
sacada del Internet)
NOTA AL
LECTOR
URSULA DE
JESUS, monja de Santa Clara, fue maltratada por las monjas en su época, porque
era negra. En libro editado por la Pontificia Universidad Católica en el 2012,
se ha publicado el íntegro de un diario y lo más saltante de este escrito que
fue lo que me sorprendió, fue, las palabras de Jesús escritas por la monja negra, que coinciden con muchas que aprendí
en el siglo XX en el Evangelio. Les envío el Retrato dela Monja, que hasta hoy
no ha sido santificada. He conversado con la madre Superiora, a quien le regalé
el libro, pero no he recibido ninguna comunicación de su parte. Yo le estoy
agradecido porque me hizo un milagro, que lo he escrito y se lo he llevado a la
Madre Superiora.
La
noticia de que Galeón se hundió con los papeles, no me convence, porque los
religiosos y el Papa de esa época decían que “los negros no tenían alma” así
que sin alma, como la irían a
beatificar. Al beato negro Martín de Porres, no lo canonizaron hasta 1964,
habiendo hecho milagros contados por Ricardo Palma.O sea que se demoraron 4
siglos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario