martes, 22 de noviembre de 2011

JORGE MARIATEGUI, tE SALUDA, y te invita a que leas, su última novela. y que le des su opinión. SI das su opinión te seguire enviando por entregas la novela, asi no tendras que comprarla.

La Celestina


ERASE UNA VEZ…UNA V IEJA MANIPULADORA

POR JORGE MARIÁTEGUI
CRASHSHSHSHHHHHHHHHHHHHHHHHhhhhhhhhhhhhhhh y se perdió en la selva peruana.
Los lujuriosos titulares matutinos de los medios escritos dieron en una primera plana,  sin fotos, la desaparición del 747 de Andean Travel Unifiques from African Airlines, que recién iniciaba su vuelo inicial, con rumbo a  Seattle, Estados Unidos.
La línea Andean Travel africana inicia sus vuelos, con unas tarifas regaladas, por 666 dólares  ida y vuelta Lima- USA-Lima.
Las informaciones de las torres de Control de Panagra anunciaban que en 18 minutos la señal del Boeing 747 con 680 personas incluyendo la tripulación,  había desaparecido de los radares sofisticados adquiridos por el Ministro de Transportes y comunicaciones, en el gobierno de turno.
Nadie se dio cuenta, porque  todos los que fueron a despedirla recién regresaban por la Avenida La Marina rumbo a Monterrico donde vivían. Nadie prende la radio. La radio no da noticias horarias de NADA, solo toca música estúpida que transforma a la malograda juventud peruana.
Recién en la tarde recibieron una llamada de Seattle, del hijo, que decía si su mentora, viajaba en el 747 African Airline, que se había desaparecido en esa mañana  en la Selva peruana, cerca de Colombia y Brasil, territorio sin acceso ……????????

Era hermosa. Una bella damita, que buscaba y buscaba vivir, hasta que se encontró con una amiga, con mil amigas, con muchas sorpresas a través del camino de su vida. Hoy está vieja,  muy vieja , llena de malos recuerdos, que fueron los que ella sembró.
Sembró mucho y a la vejez cosechó todo lo que quiso y lo que no quiso.
Siempre debes acordarte que lo malo que haces AQUÍ lo pagas.  He visto a muchas amigas que viven llorando sus penas, y golpeándose el pecho y diciendo oye cuanto sabes de la vida…yo querida mucho, tanto como mi edad.
Claro vas a llegar al centenario y no te vas…ay  hijito no se qué hecho en esta tierra para que no me dejen morir. Todos los días le pido al cielo que me lleve, y ya vez…ya soy un estorbo,  y sin embargo cuando amanezco no le doy gracias a Dios, sino le doy cólera.
¿Te has puesto a pensar si en tu vida has hecho alguna maldad?.....
Tú más que nadie me conoce…tú sabes, tú tienes la certeza, porque viviste la mitad de tu vida cerca de mi…solo bondades he repartido……
Elmer me comenzó a asediar. Al principio tuve miedo, después me gustaba, hasta un día que iba  al mercado, con mi listón que como una vincha la ponía alrededor de mi cabeza, y mi cabellera, si que era una esponjosa cabellera negra como mi conciencia, ji,ji,ji. No había muchos champús, en esa época, al principio me lavaba con “huiruro”, te acuerdas? …no cuando yo vivía ya me lavaba con un champú que venía en un sachet y era un polvillo blanco, que al ponerlo en el agua tibia se disolvía, en un gran olor y te hacia una gran espuma. Y te dejaba el cabello brillante y esponjoso.
Le dije soy casada, y se rió, no me creyó. Y sus dientes blancos y brillantes en una sonrisa sincera y juvenil me deslumbraron, como los dientes.
Mi marido viene a las 12. Y en la tarde regresa a las 6.
Me enamoré violentamente, y me hizo el amor sobre el sofá, en la mesa de la cocina, en la cama, nunca quise, pero en la ducha, en el suelo, sobre la alfombra que me había comprado mi tío, como regalo de bodas. Martin me llevaba 30 años y la juventud y la furia de Elmer, que parecía descubrir América cada vez, que era deliciosa e intermnable.
Un día llegó mi marido, y cuando me acercaba para darle un beso, me tiró una sófera cachetada, que me aventó  tambaleando sobre el sofá. Me eche a llorar, sin saber porque lo hacía. Pero lo sospechaba.
Elmer se asustó y no vino en un mes. Yo estaba desesperada. Siempre  con miedo a las 6 de la tarde, porque no sabía con qué genio llegaría. Me puso el ojo morado.
¿ Cómo es posible….?  , mira tus brazos están morados…con mi blusa de seda blanca no se ve. Pero el ojo, con mi lindo pelo negro esponjoso lo tapo.
Hasta que tanto me dijeron mis tres amigas, un día me compré el mazo de amasar las papas, y le hice un puré. que quedo encantado. Lo escondí detrás del cojín del sofá.
Llego colérico, y al abrir la puerta se acercó furioso y me lanzo un lapo. Yo corrí al mueble saqué, el mazo y me lance y le zampe, sin miedo, sin miedo un mazazo en la cabeza, que lo hice trastabillar y se calló entre las sillas del comedor, corrí detrás de él. Se cubrió la cara con las manos y sobre las manos le lance otro combazo, BASTA ME GRITO, y se reincorporó y salió corriendo a la calle. Esa noche no vino a dormir. Cuando regreso, mañana al almuerzo tenía un esparadrapo que le cubría un chinchón.
Como me vuelvas a tocar, te voy a matar, le dije. Y me creyó. Apenas me hablaba, compré otra cama “comodoy” y me fui a dormir al cuarto de estar, donde estaba mi  máquina de coser, que mi papá me regalo cuando me case, con este miserable.
Los trámites de divorcio fueron muy tediosos. Pero al mes se largó. Felizmente no me embarazó.
Me fui a vivir con Perita Smith, que vivía en La Punta. Allí su mamá recibió mis muebles, porque la sala y el comedor los vendí. Me compré una regia cama, y ropa de cama, y vestidos. Chompas donde lucía mis buenas tetas que Dios me ha  dado.