domingo, 21 de mayo de 2017

EL GRAN FERROCARRIL CENTRAL DEL PERU

EL GRAN FERROCARRIL CENTRAL DEL PERÚ Por JORGE MARIATEGUI El ingeniero MANUEL MEIGHS, dijo cuando construía el ferrocarril de Lima a Huancayo, donde pisa la llama peruana subirá el tren. Construyó miles de kilómetros y tuvo que incrustar túneles en los Andes Peruanos, para que sigan los rieles de uno de los transportes más socorridos de docenas de años. Se construyeron “casetas” de venta de pasajes, muy cómodas de material noble, que dentro de cada una habían asientos de cuero cómodos para que los pasajeros esperaran el paso del tren de ida y de vuelta. Y elegantes ventanillas con vidrios, y uniformados vendedores y empleados y obreros en cada estación. Estas estaciones útiles para comodidad de los pasajeros han sido invadidas por nativos peruanos, y le han puesto llave y las han convertido en sus casas, como hacen con todo el territorio del Perú. Hace unos años, un Presidente del Perú ordenó el cierre del pasaje para los peruanos y extranjeros en el Ferrocarril Central. Y se lo dio al señor Olaechea quien tuvo la mejor idea que como somos un país minero, se lo regalaran, se lo vendieran o se lo alquilaran, o se tramitara debajo de la mesa, a los grandes mineros de La Oroya, quienes hoy y ayer, cada máquina jala entre 50 y 60 vagones, 4 o 5 veces al día, hacia el Callao, donde son embarcados con rumbos europeos o norteamericanos. En esos países norteamericanos o europeos, los minerales en bruto que “les regala” el Perú, son fundidos y seleccionados, de donde debe sacar los metales preciosos más caros, sin que el Perú recibo el respectivo pago e impuestos. Para justificar su infamia, antes de la dación ferrocarrilera, hicieron “un estudio” sobre lo caro que era para el Perú transportar pasajeros, que viajaban turísticamente y otros que traían su producción para Lima y balnearios. Dijeron estos traidores, que la población que viajaba no era compensada con lo que pagaban, y era oneroso para el erario nacional…y se lo dieron a los más ricos del mundo que son los mineros. Esa infamia debe ser castigada. Por qué los problemas alternos que trajo fueron enormes. La gente que diariamente viajaba, hacia sus trabajos en la Gran Lima, la que llevaba sus productos de pan llevar y los turistas que eran una vena riquísima se quedaron sin la aventura que era pasar por docenas de puentes, y atravesar “El Infiernillo” el puente más alto del mundo, y unos paisajes desde Lima hasta Huancayo. Y salieron los taxis, micros, buses, bans, que hoy son un malestar porque invaden las pistas, no aptas para esa multitud, y producen accidentes por su aguerrida y avezada acción al manejar MAL. Si existiera el tren como en todas las partes del mundo de Latinoamérica Europa y USA, no tuviéramos esta cantidad de móviles que obstaculizan el tránsito, y que en estos momentos hubieran servido para aliviar el malestar de la población por inundaciones. Y los nativos peruanos aprovechando de su viveza, se apropiaron de las casetas que a través de todos los pueblos de Lima a Huancayo la han ocupado usurpándola como vivienda. El tren debería regresar a los peruanos porque fue construido con el erario nacional, y las casetas de ventas de pasajes y paraderos deben regresar a la propiedad del Ferrocarril Central del Perú. Quiero que esta protesta bien documentada llegue a manos del Ministro de Transporte y Comunicaciones, para que se entere de la vileza de unos peruanos, que deben ser castigados severamente, y que el tren regrese a servir al PUEBLO PERUANO. Chaclacayo 25 de Marzo del 2017.

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