VERDADERA HISTORIA DE INICIO DE LA VENERACIÓN DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS.
Por JORGE MARIATEGUI
 
La señora historiadora  María Rostworowsky, ha asegurado que los negros que vivían en Pachacamac, y que formaban una congregación o un tumulto de negros, aparecieron en las afueras de Lima, en un lugar pasando la actual Avenida Tacna, y fundaron o llamaron al barrio: de Pachacamilla.
Por allí pasaba un pequeño ramal de un río, en un terreno baldío. Unos dicen que era la casa del negro congolés llamado “BENITO”. Que un buen día se le ocurrió pintar una pared que él mismo debe haber tarrajeado, y que le sirvió de soporte, para pintar la IMAGEN DE UN CRISTO.
Cuando se formaron talleres con unos pintores  jesuitas Bitti, Allesio y Medoro en el Cusco, a instancia del obispo español Manuel Mollinedo Angulo, los indígenas ayudados y enseñados por estos religiosos empezaron a pintar sobre lienzo y en óleo muchos cuadros que el obispo Mollinedo y los religiosos trajeron desde España, en óleo e impresos, cerca de un centenar de estampas, donde estaba la Virgen María, Jesús, muchos jefes de las ordenes religiosas que ya estaban en Perú, y la vida de Jesús y otras estampas que incluian paisajes europeos.
Porque las Iglesias construidas del virreinato del Perú, estaban levantándose, y en sus paredes NO tenían una sola imagen. Salvo algunas de los pintores españoles famosos, como Velásquez, Zurbarán, etc.… que algunas iglesias ricas habían traído.
La pasión por pintar en Cusco fue desbordante, y se formaron muchas escuelas dentro de la ciudad del Cusco. Tanto que hasta los negros esclavos, empezaron a pintar. Claro si los curas te decían si pintas te vas al cielo, y sino pintas al purgatorio o al infierno, todos los indígenas mandaban a sus hijos para que tomen el pincel. Tantos negros con disposiciones, empezaron a pintar, tan bien, que los curas envidiosos y recalcitrantes, porque decían que los “negros no tenían alma” como iban a entrar al reino de Dios si pintaban. Así que por orden del Virrey los negros, fueron prohibidos de pintar.
Pueda ser que a este grupo de pintores prohibidos, ”Benito” congolés, se le ocurrió pintar una imagen de Cristo.  Muchos años después fue pintada en la pared,  la Virgen María y San Juan. Pero hoy los fieles ven la trilogía, pero si observan bien, como me dijo mi hermano Leandro, la Virgen tiene otro cuerpo y San Juan está fuera del conjunto.
Pero gracias a mi tenacidad, encontré en la Biblioteca Nacional, un libro escondido, cuya portada se las presento: y allí dice en la portada, que la “Venerable Madre Antonia Lucia del Espíritu Santo” fue la fundadora. El libro fue escrito por su hija, en 1793, editado en la Imprenta de Los Huérfanos, en Lima.
 La hija que también fue monja se llamó “Josefa de la Providencia y Superiora de dicho Monasterio”
En esta joya de 1793, cuenta la hija que también se casó a los 30 años, pero ella y su esposo, tan piadosos, que juntos lucharon para que el Papa les diera permiso para fundar la Orden de las Carmelitas Descalzas.
Encontraron este terreno y formaron 
una “ermita” pequeña, para rezar y hacer misas y cuidar de la pared con el Cristo. Pegado a este terreno un caballero muy católico llamado Sebastián de Antuñano, les obsequio casi una manzana, y allí con las limosnas de limeños piadosos y millonarios (que pasarían por el ojo de una aguja) ayudaron a mejorar la ermita.
La Madre fundadora y Sebastián de Antuñano, están enterrados bajo el altar mayor de la Iglesia de las Nazarenas.
La “pizpireta” y actriz colonial MICAELA VILLEGAS más conocida como La Perricholi, era amante del Virrey, pero aparte de estas no elucubrantes y tristes historias, que han encandilado a las limeñas y a las peruanas, como vencedoras de cambiar de estatus, de pobretona a “virreinas”, Nadie Nadie, se ha puesto a pensar ni a leer que Micaela Villegas era una piadosa limeña, que gastaba muchas horas en las iglesias, comulgando y ayudando a los sacerdotes, quienes siempre le pedían favores, en favor del convento o de la Iglesia, intercediendo con el Virrey. Pues ella, la mismísima Perricholi, le pidió al Virrey Amat y Juniet,  construya la Iglesia a esa pared, que con la furia de dos terremotos y un maremoto, había logrado mantenerse erecta, sin ningún soporte.
En los años 80, los Arquitectos ARANA ORREGO Y TORRES, “calzaron la pared” y la pusieron a salvo de cualquier movimiento telúrico. Fue toda una obra Arquitectónica, que no les ha valido ningún premio, Ni reconocimiento por la Municipalidad ni por La Cofradía, pero si por las Monjas Carmelitas Descalzas.
Las Monjas Carmelitas Descalzas desde su fundadora se pusieron un hábito morado, en señal de luto, porque antes el morado, era un color de luto, no solo el negro. Quienes duden pueden consultarlo a mi abuelita Juana, que me hizo recordar que en Semana Santa las iglesias de Lima tapaban sus altares, con sendas telas moradas, por luto por el señor.
Hoy el morado ha salido a las calles y cubre durante el mes de Octubre, en oficinas, particulares y estatales, así como los 3 días de procesión iluminando con velas y cánticos el paso apoteósico de la multitud millonaria que acompaña.
Después del pavoroso terremoto (grado 09) en Lima de 1687. Sebastián Antuñano, tuvo la idea de sacar en procesión una copia fiel del Cristo de los Milagros. El piadoso Antuñano murió entre el 20 y 21 de diciembre de 1716.
En  1651 los “negros de Angola, se agremiaron y levantaron en el local de la Ermita una “cofradía” en Pachacamilla.
De aquí en adelante todos los Viernes los negros y mucha otra gente de otros colores, se reunían con ceras, y al compás de arpa, cajas y vihuelas, entonaban ciertas canciones. La reunión de los Viernes, y el consumo de Guarapo, y ron de caña, hizo que los negros y negras bailaran tanto, que el Virrey  García Sarmiento de Sotomayor, mandó tirar abajo la pared del  Cristo Milagroso. Lo que sucedió se pierde en la leyenda, en tres oportunidades subieron en escalas, y al llegar arriba, voces y luces destellantes, hicieron que enceguecieran a los que nunca pudieron cumplir la orden. LUEGO eL Virrey y su esposa revocaron la orden y ordenaron se construya una Ermita, y el 14 de septiembre de 1671, se celebró la primera misa.
El 20 de Octubre de 1687, a las 4 y 45 un violento terremotos de “más de 15 minutos” arrasó Lima y el Callao, derribando la Ermita. Reinaba el Perú el Virrey Conde de Superunda, don José Manso de Velasco, y ordeno que este día 28 saliera en procesión por una vez el Cristo de los temblores y Señor de los Milagros.
Los negros salieron corriendo y cuando se acordaron de Jesús se admiraron que la pared pintada por el Congolés Benito, ni un rasguño se había hecho.
El Reverendo Antuñano y la Madre priora Josefa, declararon “patrono jurado por la Ciudad de los Reyes contra los temblores que azotan la tierra”.
El Virrey Amat colaboro con 150 pesos anuales, para la reconstrucción y él mismo supervisó los planos, y dirigió la obra. Cuando la obra estuvo lista, dicen, dicen que el Virrey con una escobita, barría la entrada del sagrado y milagroso lugar. Cómo quisiera que algunos presidente actuales, se pusieran a barrer el Jirón de la Unión, para que paguen por los pecados, de latrocinio contra el erario Nacional.
Pasaron muchos siglos y hoy el anda del Señor de los Milagros que pesa 1850 kilos de plata y oro, se pasea en el mes de Octubre en los hombros de 19 cuadrillas, porque la 17 debe haber sido expulsada, ya que robo 60 mil soles antes que empiece Octubre. Y antes de terminar les contaré como broche de oro, que la imagen que acompaña el dorso de la imagen del Cristo de Pachacamilla, es LA  VIRGEN DE LAS NUBES, y está allí desde el 20 de octubre de 1747 y es un “advocación ecuatoriana”, es posible que la imagen haya sido colocada por doña Antonia Lucia Maldonado Verdugo que nació en Guayaquil el 12 de Junio de 1647, y fue la fundadora del Instituto Nazareno, conformado por las monjas Religiosas Nazarenas Carmelitas Descalzas, fieles guardianas del Señor de los Milagros.
El mes de Octubre, los fieles que son millones, los vendedores de turrones, picarones, anticuchos, sanguches y arroz con leche, arroz sambito, y docenas de alimentos en carretillas, acompañan por pistas y alamedas al Cristo de los Pobres.
Y el Turrón fue ideado por Josefa Marmanillo, Doña Pepa, por una receta que se la dio en sueños. El turrón hecho de almíbar, yema. Manteca,  harina, anís y dulces, lo vendía solo en Octubre.
 La Joséfa Marmanillo, es mi parienta, porque mi tía Rosita Chúmbez se casó con Antonio Marmanillo de Ica y Pepita era de Ica, o sea que….
Y para los que no saben, les cuento como primicia que las monjas del Convento del Señor de los Milagros, TODOS, TODOS, LOS DIAS, LE DAN DE COMER A CASI MIL “MENDIGOS, HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS”.
En su Convento descubrí que los mendigos de Lima, andan bien alimentados, porque toman desayuno en la Iglesia de los Huérfanos, luego van en mancha al Convento de la Iglesia de Jesús José y María, del cual tengo una monografía, aquí les dan un pan, y siendo las doce se van o a las Nazarenas o al Convento de San Francisco. Todavía hay unos tragones, sucios y asquerosos, con sus bolsitas de plásticos cochinas se paran en la puerta del Restaurant Acua ViVa, donde reciben unas sobras de primera calidad, aprobada por el millonario Gastón.
 
Lince, Octubre del 2013, a las diez de la noche.
 
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