lunes, 8 de noviembre de 2010

Semana de la muerte en la Alianza Francesa de Trujillo

La Alianza Francesa de Trujillo  organizo una semana dedicada a la muerte , con conferencias, una exposición fotográfica y una visita al Cementerio de Miraflores a las 8 de la noche, del Jueves 28. Anotando en las presentaciones que no querían ensalzar el “Halloween”.
Los mails de la Alianza se saturaron por la suscripción de los curiosos, y se dieron el gusto de decir  “por favor ya no nos escriban porque la matricula esta saturada”. Claro que a la entrada los nombres de los directivos estuvieron en ruego para dejarlos entrar.
Fue un éxito, porque llegaron más de 100 visitantes nocturnos. La mayoría eran jóvenes universitarios y los otros que van en camino a su última morada fuimos muy pocos. Y el miedo!
La noche estuvo serena, casi luminosa. El cielo despejado no ayudaba  al terror. No hubieron truenos ni rayos, y eso desmereció nuestro objetivo. Como el cementerio no tiene luces, los empleados pusieron un  foco de luz, en muy buen sitio. Allí el poeta David Novoa se lucio recibiendo a los contertulios, que estaban un poco erizados.
 
Tres éramos los “guías de la muerte”.  Les conté de los fantasmas que me habían atacado en Trujillo, en varias oportunidades, y les informe que el o2 de Diciembre de 1831 se abrieron las puertas y las fosas del cementerio y que el primero que enterraron, aunque no lo he encontrado es al Obispo de Trujillo. Dr. Francisco Javier de Luna Victoria, de familias y raíces trujillanas. 
 A este Obispo lo sacaron de la Iglesia de la Compañía, donde fue enterrado oficialmente y del ahora Auditorio César Vallejo y antes Iglesia riquísima de la Compañía. Cuando  por la Real Pragmática expulsaron  a los Jesuitas en 1759 bajo el Reinado de Carlos III, estos como se sabe esperaron a las autoridades virreinales listos, con sus maletas y sus tesoros para largarse a Europa. Fue así como unos de los supuestos padres de la Independencia Juan Pablo Viscardo Y Guzmán, quien escribió la conocida Carta a los Españoles Americanos en 1792.
La carta no fue leída en Perú porque estaba en francés y alemán. La Leyeron San Martin y Bolívar.  Viscardo no salió en la fecha de la expulsión sino muchos meses porque estaba en Cusco y las noticias, recuerden en 1700 no había internet, jo. Jo. La noticia de la expulsión era un secreto político. La traía un cura dominico en un sobre cerrado y lacrado. Cuando llego la noticia el Virrey en Lima, llamo a tres autoridades mayúsculas y las invito a Palacio y no los dejo salir hasta las 7 de la siguiente mañana. Cuando el ejército español se paró frente a la Hoy Iglesia de San Pedro de Lima, ya todos estaban con su maleta listos para que los recojan. ¡QUE PASó!. El espionaje, el maldito espionaje. En el mismo barco que vino la mala nota, vino un cura jesuita, que sabia y llegando al Callao, notificó a su Órden.
También les dije que la Beneficencia se funda el 19 de Octubre de 1847 y se hace cargo del Cementerio. La cremación se dio a partir de 1994, y fue  obligatoria para aquellos que morían de enfermedades contagiosas. Letra muerta.

Les indique  que en el Hoy Teatro Municipal, de la Calle del Prado, funcionaba el cine de la ciudad, y un 21 de Febrero de 1910, se prendió la película que era muda, se incendio la caseta que estaba a la entrada y las llamas asustaron a 98 personas que murieron ahogadas y achicharradas. No existían los bomberos. Me dice mi amiga Rosy Pinillos, que su papá de 5 años había ido al cine con su abuelo y que él conocía los interiores del Municipal, y pudo huir seguro que con otros trujillanos mas, por esos vericuetos y salvarse.
Y para asustar a mis contertulios, les conté de los fantasmas que me han victimado en la Avd. Túpac Amaru una tal “catita” y otros fantasmas en otras casas de Lima y de acá. Que he visto a un duende de mi tamaño y que me asusto  desde los 4 años hasta hoy.
Les conté de las calles que a partir de las 6 de la tarde eran intransitables en nuestras 40 manzanas.
La calle de la Chicheria o la de Vindivil (primera cuadra de Grau) que era una cuadra donde vivía parte de la población negra y que las penas y aparecidos campeaban.
Calle San Lorenzo, junto a la iglesia, que estaba en los extramuros. Detrás de la Iglesia del Carmen, la calle se llama de las ánimas y en la esquina había una hornacina donde se le ponían velitas a las almas del purgatorio.
Otra casa pesada por las penas y aparecidos era la esquina de la Municipalidad actual, que era la casa del Marqués de Herrera. Frente a ese balcón ya desaparecido, fusilaban a los reos.
Calle de los Yuvies sector famoso por penas y duendes.
Revuelo de penas era el atrio de la catedral, hasta que el poderoso alcalde Víctor Larco Herrera, mando a levantar las lozas y saco en carretillas los restos de docenas de ilustres y no ilustres trujillanos de 4 siglos que fueron enterrados en ese lugar, supongo que para ir directamente al  cielo. Sin cementerios toda Europa los enterraba en los jardines de las iglesias.
En el Virreynato del Perú se enterraron a los obispos en la Catedral, Los nobles en los atrios y altares de las iglesias, y el populorum debajo en las catacumbas en las 12 iglesias. La iglesia en el 1800 prohibió por salubridad que se sigan enterrando por eso se inicio la construcción de los cementerios “fuera de la ciudad y a sotavento” o contraviento de las ciudades por los olores.
Nada de lo que les conté los asustó. Pero tuvieron la satisfacción de asustarse con los “encontrones” que dramatizo el Grupo Teatral OLMO, dirigido por Marco Ledesma, Cuyos actores y actrices, recitaron sendas poesías ataviados fantasmagóricamente y dieron una nota de cultura fantasmal, a los alegres contertulios.
Rosy Pinillos nos informo que la famosa tumba de José Ignacio Chopitea no tenia un pacto con el diablo, como hablan hasta el portero del cementerio, sino que el tal señor, tenia dos mausoleos, el otro en Lima, por si la muerte lo cogía en el viaje.  Pero que al final se murió en Chile y pocos se enteraron. Asi que el catafalco de Trujillo nunca fue ocupado. Por eso dicen que cada vez que lo buscaban no lo encuntraban…. Dichos y decires populares.
Visitamos los 6 pabellones del antiguo cementerio que son históricos y defendidos por la legislación peruana, que para sorpresa la Beneficencia que quería destruirlos, les había mandado a poner tres lágrimas a tres distinguidas tumbas. Una en la del Primer Alcalde de la Independencia y Congresista de la República por varias veces.
 
Esta con dos columnas y un arreglo arquitectónico la esposa del Primer Presidente del  Perú Sr. Luis José de Orbegoso y Moncada. La esposa Martínez de Pinillos, que se rehusó bailar con Sucre en un pantagruélico banquete que le ofreció Orbegoso a Simón Bolívar en su Residencia, porque “ella no podía bailar con un negro”.
  En uno de los Pabellones antiguos esta la tumba “No.5” del “chinito milagroso”. Llena de flores que no se  ve, ni su nombre, ni su placa. Dicen que las flores son de “misteriosos gays y de damas de mal vivir”, así lo confirmo el panteonero.
Visitamos  la tumba del estadista nacional, famosos trujillano Víctor Raúl Haya de La Torre que descansa junto a sus padres en PAZ.
Los jóvenes no querían irse, se habían encariñado con la visita y las historias  y sorpresas contadas. Y amenazaron con venir de día.
Muchas gracias a los directivos de la Alianza Francesa y a la Beneficencia por abrirnos las puertas y esperamos, los visitantes,  que se puedan realizar muchas actividades teatrales y de otra índole cultural en un espacio sui generis que pertenece a la Historia de nuestro querido Trujillo.

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